El impacto del diseño y el orden del hogar en la salud mental

El hogar no es solo el lugar donde descansamos, sino un espacio que influye directamente en nuestro estado emocional. Así lo explica una neuroarquitecta especializada en bienestar y salud mental en una reciente entrevista publicada en YouTube, en la que analiza cómo la organización y el diseño de la vivienda pueden convertirse en aliados clave para reducir el estrés y aumentar la sensación de bienestar.

Durante la conversación, la experta expone de forma accesible cómo el cerebro responde a los espacios que habitamos y por qué un entorno ordenado, funcional y bien diseñado puede ayudarnos a vivir mejor.

 

La neuroarquitectura: cuando el diseño impacta en el cerebro

La neuroarquitectura es una disciplina que une arquitectura, neurociencia y psicología ambiental para estudiar cómo los espacios influyen en las emociones, la conducta y la salud mental. Según explica la especialista, el cerebro interpreta constantemente el entorno, y cuando este es caótico o poco funcional, se generan mayores niveles de ansiedad y fatiga mental.

En cambio, los espacios diseñados con intención pueden favorecer la calma, la concentración y una sensación general de equilibrio emocional.

 

El orden como base del bienestar

Uno de los ejes principales de la entrevista es la importancia del orden consciente. La neuroarquitecta aclara que no se trata de una obsesión por la limpieza, sino de crear sistemas de organización que faciliten la vida diaria y reduzcan la sobrecarga mental.

Un hogar con espacios definidos, objetos visibles solo cuando son necesarios y zonas despejadas permite al cerebro procesar mejor la información, lo que se traduce en menor estrés y mayor claridad mental.

 

La importancia de la luz, los colores y los materiales

La experta también destaca el papel fundamental de la luz natural, señalando que influye directamente en el estado de ánimo y en los ritmos biológicos. Asimismo, la elección de colores suaves, materiales naturales y texturas agradables puede generar una sensación de confort y seguridad emocional.

Según explica, pequeños cambios en estos elementos pueden tener un impacto significativo en cómo nos sentimos dentro de casa.

 

Espacios con función clara y propósito emocional

Otro aspecto clave es la necesidad de asignar una función concreta a cada espacio. Mezclar actividades incompatibles —como trabajar y descansar en el mismo lugar— puede dificultar la desconexión mental. Diseñar zonas específicas para el descanso, el trabajo o el ocio ayuda al cerebro a asociar cada espacio con un estado emocional determinado.

Este enfoque resulta especialmente relevante en viviendas pequeñas o en hogares donde se teletrabaja.

 

El hogar como herramienta de salud mental

Más allá de la estética, la neuroarquitecta insiste en que el hogar puede convertirse en una herramienta activa para cuidar la salud mental. Incorporar plantas, crear rincones de calma o adaptar la vivienda a las necesidades reales de quienes la habitan son decisiones que favorecen el bienestar a largo plazo.

La experta subraya que no es necesario realizar grandes reformas, sino observar cómo vivimos el espacio y ajustarlo de manera consciente.

 

Un enfoque realista y accesible

La entrevista concluye con un mensaje claro: vivir mejor empieza en casa. A través del orden, la funcionalidad y un diseño pensado para las personas, cualquier hogar puede transformarse en un entorno que apoye la salud mental y emocional.

Una propuesta especialmente útil en un contexto donde el estrés y la falta de desconexión forman parte del día a día.

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