Con la naturalidad que le caracteriza y sin eludir los momentos difíciles, Pedro Trapote, uno de los empresarios más influyentes del ocio nocturno en España, se sentó frente a Juan Ramón Lucas en Sr Wolf Podcast para ofrecer un repaso sincero de su trayectoria.
Los comienzos: de proyectos modestos a locales míticos
Trapote recordó que su primera incursión empresarial fue con recursos muy limitados, en pequeños proyectos que parecían condenados a la incertidumbre. Sin embargo, gracias a su capacidad para leer las tendencias y detectar lo que buscaba el público, fue abriendo camino hasta levantar salas que se convirtieron en símbolos de la vida madrileña.
Entre ellas, destacan Joy Eslava, inaugurada en 1981 en pleno auge de la movida, y Teatro Barceló (antiguo Pachá Madrid), dos templos de la noche que atrajeron tanto a madrileños como a celebridades internacionales. “No se trata de tener un local lleno un fin de semana; se trata de crear un espacio que la gente recuerde toda su vida”, explicó.
Una filosofía basada en el detalle
En la entrevista, Trapote compartió la esencia de su éxito: la obsesión por los detalles. Desde la iluminación y el sonido, hasta la decoración, la gestión del personal y la selección musical. “Un buen empresario de la noche no solo abre una discoteca, construye una experiencia”, afirmó.
Su filosofía le permitió sobrevivir a épocas convulsas y mantenerse en la élite durante más de cuatro décadas. En plena movida madrileña, sus locales se convirtieron en epicentro de la cultura juvenil y punto de encuentro de artistas, periodistas y políticos.
Los momentos difíciles: leyes, crisis y cierres
No todo fue éxito. Trapote habló también de los reveses más duros: inspecciones municipales, problemas de licencias, cierres temporales y la presión constante de la competencia. Reconoció que más de una vez estuvo al borde del fracaso, pero insistió en que esos obstáculos le ayudaron a crecer: “Algunos locales que parecían estar acabados terminaron siendo los más rentables de mi vida”.
Además, analizó el presente del sector: regulación más estricta, costos operativos elevados y un público con hábitos cambiantes, especialmente tras la pandemia. Aun así, se mostró optimista: “La noche madrileña no ha muerto; solo necesita reinventarse. Siempre habrá gente que quiera vivir algo distinto”.
El legado de un empresario irrepetible
Trapote no solo ha sido un empresario, sino un referente cultural. Durante décadas, ha dado forma a la identidad nocturna de Madrid y ha sido testigo de cómo la ciudad se transformaba de capital gris a una metrópolis vibrante y cosmopolita.
En la entrevista, dejó claro que su motor sigue siendo la pasión: “Esto no ha sido nunca solo un negocio para mí. Es mi vida. Me he dedicado a crear espacios donde la gente pudiera ser feliz, bailar, olvidarse de todo por unas horas”.
Con más de 40 años de carrera, Pedro Trapote se reafirma como uno de los grandes arquitectos del ocio en España, y su conversación en Sr Wolf Podcast se convierte en un testimonio imprescindible para entender no solo la historia de la noche madrileña, sino también la capacidad de reinventarse en un mundo donde las luces de neón nunca se apagan del todo.